En un partido intenso y cargado de tensión en el Barclays Center, los Atlanta Hawks lograron una victoria por 117-112 ante los Brooklyn Nets, mejorando su registro a 2-3 en la temporada regular de la NBA.

El duelo tuvo un giro inesperado cuando Trae Young se retiró por una lesión de rodilla al comienzo del partido tras una colisión con su compañero. A pesar de esta ausencia, Atlanta mostró resiliencia y buen balance colectivo para superar el contratiempo.

Uno de los protagonistas fue Jalen Johnson, que anotó 23 puntos y mantuvo al equipo ofensivamente arriba. También destacaron en la rotación los aportes de Nickeil Alexander‑Walker con 18 puntos y Luke Kennard con 17, demostrando que la banca puede marcar la diferencia.

Por su parte, los Nets no pudieron impedir la derrota y caen a 0-5, su peor arranque desde 2015-16. Michael Porter Jr. lideró el equipo con 32 puntos, aunque no logró suplir las pérdidas de balón y las deficiencias defensivas del equipo.

La ventaja clave para los Hawks fue su capacidad de reacción ante un inicio complicado. Pese a que Brooklyn se fue adelante 12-0 en el primer cuarto, Atlanta recuperó el ritmo, tomó el control del marcador y nunca volvió a estar por detrás.

En resumen: Atlanta demuestra profundidad, carácter y capacidad para afrontar adversidades —como la baja temprana de Young— mientras Brooklyn debe replantear su defensa y gestión de juego si quiere romper su racha negativa.