Los Warriors reafirmaron su superioridad sobre los Clippers con una contundente victoria de 98‑79 en el Chase Center.

Desde el inicio, la combinación de Stephen Curry y Jimmy Butler dio frutos: Curry finalizó con 19 puntos y 8 asistencias, y Butler añadió 21 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias. La tercera aparición consecutiva de Curry sin llegar a los 20 puntos se vio compensada por el aporte colectivo del equipo.

El partido cambió definitivamente en el tercer cuarto: los Warriors armaron un parcial demoledor que dejó a los Clippers sin respuesta. Su rendimiento exterior (37.8 % en triples) contrastó con el paupérrimo 18.2 % del conjunto angelino.

Por su parte, los Clippers sufrieron un apagón ofensivo tras el descanso. Aunque James Harden anotó los 20 puntos de su equipo en la primera mitad, se quedó sin anotar en la segunda, lo que simboliza la caída del equipo en el segundo acto.

La defensa de los Warriors fue clave: dominaron el rebote, forzaron pérdidas y controlaron los últimos minutos con una superioridad manifiesta. Para los Clippers, esta derrota expone la falta de continuidad y de recursos ofensivos cuando se enfrentan a equipos que ajustan en defensa.

Con este triunfo, los Warriors mejoran su registro en casa y envían una señal firme en la Conferencia Oeste. Los Clippers, mientras tanto, deben recomponerse y ajustar si quieren volver a pisar fuerte en esta campaña.